Jueves 11 de octubre.- Navego al Quesudueste. (...) Vieron los de las carabela pinta un caña y un palo, y tomaron otro palillo labrado a los que parecía con hierro, y un pedazo de caña y otra hierba que nace en tierra, y una tablilla. Los de las carabela niña también vieron atrás señales de tierra y un pelillo cargado de escaramujos. Con estas señales respiraron y alegranse todos. Anduvieron en
Es este dia, hasta puesto el sol, veintisiete leguas (...) Y porque la carabela Pinta era más velera e iba adelante del almirante, hallo tierra e hizo las señas que el Almirante había mandado. Esta tierra vio primero un marinero que se decía Rodrigo de T. (...) A las dos horas después llegaron a una isleta de los lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahani. Luego vieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Anes , su hermano, que era capitán de la niña. (...) Dijo que le diesen por fe y testimonio como el por ante todo tomaba, como el hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey e por la a Reina sus señores, haciendo las protestaciónes que requerían (...) Luego se ayunto alli mucha gente de la isla. Esto que se sigue son palabras formales del Almirante, en el libro de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias. Yo ( dice el) , porque no tuviesen mucha amistad, porque conocía que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que por fuerza les di algunos de ellos unos unos bonetes Colorado y una cuenta de vidrio que se ponían al pescuerzo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestro que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos a donde a donde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otra cosa muchas, y nos la trocaban por otra cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin , todo tomaban y daban de aquello que tenían la buena voluntad. Más me pareció que era gente muy pobre de todo ellos andan todos desnudos (...) Y todo los que yo vi eran mancebos, que ninguno vide de edad de más treinta años: muy bien hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buena caras: los cabellos grueso cuasi maravilla; y si se le trastorna, luego se echan todos a nadar y la enderezan y vacían con calabazas que ellos. (...) Y yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro y vide que algunos de ellos traían un pedazuelo colgado en un agujero que tienen en la nariz, y por señas pude entender que yendo al sur o volviendo la isla por el sur, que estába allí un rey que tenía grandes vasos de ellos, y tenía muy mucho. Trabajé que fuesen allá y después vide que no entendían en la idea
Es este dia, hasta puesto el sol, veintisiete leguas (...) Y porque la carabela Pinta era más velera e iba adelante del almirante, hallo tierra e hizo las señas que el Almirante había mandado. Esta tierra vio primero un marinero que se decía Rodrigo de T. (...) A las dos horas después llegaron a una isleta de los lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahani. Luego vieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Anes , su hermano, que era capitán de la niña. (...) Dijo que le diesen por fe y testimonio como el por ante todo tomaba, como el hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey e por la a Reina sus señores, haciendo las protestaciónes que requerían (...) Luego se ayunto alli mucha gente de la isla. Esto que se sigue son palabras formales del Almirante, en el libro de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias. Yo ( dice el) , porque no tuviesen mucha amistad, porque conocía que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que por fuerza les di algunos de ellos unos unos bonetes Colorado y una cuenta de vidrio que se ponían al pescuerzo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestro que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos a donde a donde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otra cosa muchas, y nos la trocaban por otra cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin , todo tomaban y daban de aquello que tenían la buena voluntad. Más me pareció que era gente muy pobre de todo ellos andan todos desnudos (...) Y todo los que yo vi eran mancebos, que ninguno vide de edad de más treinta años: muy bien hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buena caras: los cabellos grueso cuasi maravilla; y si se le trastorna, luego se echan todos a nadar y la enderezan y vacían con calabazas que ellos. (...) Y yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro y vide que algunos de ellos traían un pedazuelo colgado en un agujero que tienen en la nariz, y por señas pude entender que yendo al sur o volviendo la isla por el sur, que estába allí un rey que tenía grandes vasos de ellos, y tenía muy mucho. Trabajé que fuesen allá y después vide que no entendían en la idea
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